Día tras día, al pasar los meses he aprendido a olvidar, a
dejar de lado a las personas. Tal vez por capricho propio o porque alguien
lastimo mi confianza, se la otorgó a otras personas o simplemente ya no se
sentía a gusto a mi lado. Hoy en día me siento terrible por lo que ha pasado. Y
lo que ha pasado es que reaprendí a recordar, a reanimar esos momentos que nos
transforman en un instante.
Recordé viejas tardes compartidas, viejos dibujos llenos de
inocencia y afecto puro.
Recordé porque me enamore de tu sonrisa y de por que hice cosas tan estúpidas.
Recordé lo mucho que te gustan los libros, y con ello
recordé a todos los autores que te agradan.
Recordé tus anhelos, tus pasiones, tu modo de ser, tus
modismos y tu habitual comportamiento bizarro.
Recordé momentos tristes y momentos alegres, momentos
privados y largos.
Recordé esa sensacion de flotar entre sensaciones al saber
que formaba parte de tus sueños.
Recordé tu animal favorito, tu color favorito, tu aroma, tu
compañía.
Recordé muchas cosas que ojala se hubieran perdido en alguna
laguna mental, que se quedaran en un momento y solo se quedaran, dejandome en
paz.
Recordé todo ese afecto, afecto que aun te tengo y revivió
muy dentro de mi; libere a la bestia y ahora no la puedo controlar.
¿Porque hago lo que hago por ti si tu ya no piensas en mi? ¿Por que se supone que tengo que mortificarme con cosas que no son? ¿Es que acaso soy estúpido?
Es lógico, impensable, inaudito y muchos otros
adjetivos con los cuales me sentiría conforme para describir mi situación, y
sin embargo la conservo y la arropo. Es por eso y por muchas cosas que dije
cuando encerré estos sentimientos y que ahora se me escapan como el aire que
exhalo, que me permito un momento para reflexionar lo irracional.
Tal vez nunca mas sientas lo que sentiste por mi, tal vez
nunca entienda porque haces las cosas que haces. De lo único que estoy seguro
es que vivirás en mi mente cuando no tenga ganas de hablar, cuando camine y
divague con el viento, con las nubes y el cielo. Esos días te reviviré y no
podre evitar imaginar de nuevo estas letras traicioneras.
-- Lalo