Con una intensidad endemoniada, el viento resuena en mis oidos. Trato de no prestar atención pero ahí estás, viento incesante, que tratas de dominar la noche que no comparto con nadie, la noche donde las letras cobran más sentido y donde mis pies agotados le dicen adios al mundo hasta que alumbre de nuevo el astro.
Viento de abril , ¿Qué tiene que hacer alguien como yo que disfruta de sus pensamientos para no sucumbir ante tus caricias, tu abrazo gélido y sin embargo tan cálido? ¿Qué tengo que hacer para no voltear a mi ventana a desgarrar tus ventarrones con mi mano, a desnudar tu frescura nocturna y a contemplar la suave cobija estrellada que te cubre?.
Soy víctima de tus frutos, de tu natural belleza, y con esto admito que he sido vencido una vez más, noche de Abril.
